-Idiota jamas estarás a mi altura- me burle una vez más del chico que había intentado inútilmente regalarme un ramo de flores para que así "conquistarme" según él ja como si pudiera por lo menos llegarme a los tobillos iluso.
Si está chica soy yo Barbara la chica más popular del colegio, todos querían conmigo, era inevitable yo soy muy deseada y me encantaba.
Lo disfrute de una gran manera hasta que ella llego Mikaela, soberbia, guapa, amable con las personas que la rodeaban, dispuesta a ayudar a quien la necesitara, e inteligente, se llevaba la mirada de todos, se robaba toda la atención que me pertenece a mi, maldita la odio, solo hacia eso para que se acerquen a ella y no este sola, ilusa eso no le bastaría, para tener compañía tendría que ser por lo menos la cuarta parte de lo que era yo, lo que era imposible de lograr, o al menos eso creía yo.
Un día como cualquier otro, yo estaba en el patio junto a mis amigas hablando de revistas de moda que habían salido recientemente, de cuanta ropa me voy a poner hoy día para las fotos que me tomaría y cosas como esas, hasta que llego hasta donde yo estaba.
-Hey!!- me llamo la estúpida de Mikaela, que querrá ¿unirse a mi grupo?, se habrá dado cuenta de quien es la manda aquí, si eso debió haber pasado, por eso me esta hablando justo ahora para ver si puede entrar a mi grupo exclusivo de amigas.
-¿Estás sorda o tienes deficiencia en el cerebro?- hablo de nuevo Mikaela sacándome de mis pensamientos, y haciendo que frunza el ceño por lo que acababa de decirme.
-¿Qué es lo que quieres Mikaela?- respondí yo con desprecio a esa escoria que se encontraba parada enfrente de mi.
-Vengo a decirte que sera mejor que pares Barbara, deja ya de humillar a las personas que se te quieren acercar, aunque aun no logro comprender porque quieren estar cerca de ti, es decir no tienes nada en especial- lo dice con tranquilidad y mirándose las uñas como si hablar de mi le aburriera y sus uñas fueran mas importantes, pero quien se creía esta chica para tratarme así, no se lo iba a permitir, esta estúpida de Mikaela me va a escuchar
-Pero quien te creer que eres para hablarme así, por si no lo sabias si las personas quieren acercarme a mi es porque me aman, algo que tu no lograras nunca- digo con suficiencia en mi voz
-Por favor Barbara- lo dijo esta vez mirándome a los ojos-¿tú crees de verdad que la gente te ama?, ¿no te das cuenta de como los tratas?, te sientes superior a ellos pe...
-Corrección- la interrumpí- SOY superior a ellos que te quede claro, y ya deja de hablar tonterías que me aburres, ademas ya me di cuenta que solo hablas con envidia
-¿Yo, tenerte envidia a ti?, no me hagas reír, yo no te tengo envidia, es decir ¿quien tendría envidia o quisiera ser como tu?. Estas tan vacía Barbara, como aquella botella de plástico que reposa en aquel basurero, sola, abandonada, desechada porque ya no sirve para nada
-Te equivocas no estoy sola- hablo ya con algo de cólera en mi voz, empiezo a cansarme de escuchar puras tonterías- ¿acaso no tienes buena vista?, no te das cuenta que tengo amigas y muchas personas desearían serlo
-Dime solo una cosa más, ¿realmente tienes amigas o solo están contigo por "popularidad"?- y tras esas ultimas palabras se marcho, dejándome con esa duda, ¿me quieren realmente como amiga?, hay pero que en cosas estoy pensando, claro que me quieren sino porque otro motivo estarían aquí, esa ilusa de Mikaela no me va a hacer dudar de mis amigas.
O al menos eso fue lo que yo creí, si la ilusa fui yo, tras esa conversación, algo cambio, miento todos cambiaron conmigo, Mikaela había hablado con todas las personas que yo había tratado como si fueran basura, todos la amaban por su personalidad, siempre se escuchaba en los pasillos del colegio lo perfecta que era ella, y que esperaban algún día ser al menos la cuarta parte de lo ella era
-Patético- decía yo, aunque si me preguntaba ¿cómo lograba que piensen eso de ella?, daaa me da igual a mi también me aman por como soy
Error, algo así como por arte de magia, mi reputación empezó a caer de un día para otro, me empezaban a tratar mal, me empujaban, me tiraban cosas, mi popular se había acabado y eso se notaba desde la vuela de la esquina, recibía comentarios muy hirientes, equivocadamente pensé que tenia amigas de verdad, y tenia la esperanza de que las que se hacían llamar mis amigas se quedarían para apoyarme, pero obviamente eso no sucedió y en el primer segundo que mi popularidad se fue, ellas también lo hicieron.
Que más daba, ya saldría de esta yo sola, otra mentira mas, porque cada día me hundía mas en mi miseria y auto compasión y claramente las burlas, los malos tratos no acabaron, al contrario habían aumentado y hasta habían empezado a golpearme, era un completo infierno.
Un día sentada en el aula de clase esperando a que llegara la profesora y los demás alumnos me preguntaba silenciosamente, ¿cómo es que cambio mi vida tan dramáticamente?, ¿cómo es que estando en la cima de todo, un día solamente caí, estampandome la cara contra el suelo?, y fue cuando algo en la mesa me llamo la atención eran simples cuadernos, esféros y carpetas y no pude no compararme con aquellos objetos, y darme cuenta que cuando se necesita un cuaderno, lo buscas rápidamente para poder hacer las tareas que te mandan, pero... ¿qué pasa cuando ya llenaste todo el cuaderno?, simple lo tiras a la basura por que ya no te sirve al fin y al cabo solo es plástico con hojas y nada más, lo mismo pasaba con la carpeta y esféros, cuando se desgasta o se termina la tinta simplemente los botas porque te estorban, lo mismo había pasado conmigo, las que se hicieron llamar mis amigas me habían utilizado solo para ganar fama y popularidad y cuando yo caía o me "desgastaba" simplemente me echaron, se deshicieron de mi, como tal chatarra que no sirve, y solo entonces me di cuenta que todo fue mentira, mis amigas fueron mentira, mi popularidad fue mentira, mi felicidad fue mentira, pero sobre todo eso yo fui una mentira, mi vida estudiantil fue una vil y horrible mentira, solo tenia que llegar Mikaela, quitarme todo lo que me "pertenecía", para que me dará cuenta que la realidad no es de color de rosa y que hay mas negro que blanco en la vida, y me di cuenta que la única e irrefutable verdad era que me había quedado totalmente sola, mi verdad era que no yo no era absolutamente nada, era como un plástico desgastado e inservible, que lo único que se podía hacer es tirarlo para que ya no estorbe.
FIN